
Es bien sabido que mezclar los negocios con la amistad la mayoría de las veces no deja buenos resultados, y para muestra basta solo un botón, o en este caso, la historia de una pareja que para reducir los gastos de su boda le pidió a una amiga que se encargara de tomar las fotografías del enlace, por lo que ella gustosa aceptó sin imaginar lo que le esperaba.
Sin duda las fotografías y videos son un elemento imprescindible en un evento tan importante como un enlace matrimonial, sin embargo, estos servicios suelen ser muy costosos, por lo que la pareja anteriormente mencionada decidió ahorrar dinero pidiéndole a su amiga -quien es fotógrafa aficionada- que les ayudara a capturar los momentos más memorables e importantes de su boda. A cambio, los novios ofrecieron pagarle 250 dólares (unos 5080 pesos mexicanos aproximadamente), por lo que ella aceptó sin chistar.
Resulta que llegó el ansiado día y la mujer fue citada a las 11:00 para que empezara a capturar cada detalle de la boda, acompañó a la novia por diversos lugares, tomó imágenes previas al enlace, la recepción -hasta ahí todo parecía marchar bien-, pero dieron las 17:00 horas, momento de degustar los diferentes platillos que había para los invitados -para todos los invitados menos su amiga-, pues la fotógrafa notó que no había un lugar reservado para que pudiera sentarse y comer algo.
A pesar de la amistad que los unía y sin importarles que la la fotógrafa no había comido y la temperatura era alta -40 grados-, los novios le dijeron a la joven que tenía que seguir con su trabajo, es más no fueron capaces de ofrecerle un vaso con agua para refrescarse pues tampoco había aire acondicionado.
La joven acalorada y sedienta decidió pedirle a su amigo unos minutos para poder descansar, a lo que el amigo se negó e incluso amenazó a la mujer con no pagarle la cantidad acordada por el trabajo. Ella no podía creer lo que había escuchado, así que le preguntó a su amigo que si estaba seguro de sus palabras y éste le dijo que sí. De inmediato la chica explotó ante la mala actitud del que creía era su amigo y borró en ese instante todas las fotos que había capturado a lo largo del enlace nupcial.
Además de perder la amistad, la pareja perdió las fotos de lo que muchos consideran uno de los momentos más importantes de sus vidas y la fotógrafa aficionada perdió su tiempo y los 250 dólares que le habían prometido.







