El imponente Puskás Aréna de Budapest pasó al olvido cuando Paulo Dybala lo dejó en silencio al minuto 34 de la Final de la Europa League entre Sevilla y Roma.
El argentino hizo que la afición de ‘La Loba’ estallara de alegría con una gran definición con la pierna izquierda, donde el portero del equipo español, Bono, no pudo evitar el primer tanto del partido. Y es que desde el primer minuto los pupilos de Jose Mourinho salieron a presionar hasta provocar el error defensivo del Sevilla.