Novak Djokovic protagonizó este viernes una verdadera batalla en Roland Garros. El serbio, dos veces campeón en París, derrotó al aguerrido español Alejandro Davidovich Fokina para avanzar a octavos de final. Un triunfo que en el papel tal vez no impresiona porque fue solo en tres sets, pero las dos primera mangas fueron una verdadera batalla en el court Philippe Chatrier y que solo se resolvieron en dramáticos tie-breaks.
Por eso, sabiendo que buena parte de la batalla estaba ganada, Djokovic lanzó un verdadero rugido tras ganar el segundo desempate, consciente que era el paso que necesitaba para terminar ganando por 7-6, 7-6 y 6-2 en más de tres horas y media de juego.