Waldo Ponce es considerado uno de los mejores centrales en la historia del futbol chileno. Su talento lo llevó a debutar con la Universidad de Chile en el año 2000, con quien disputó 134 partidos para posteriormente emigrar al Viejo Continente para jugar con el equipo del Wolfsburgo.
Tras su breve paso por el balompié alemán, el exfutbolista de 39 años de edad fue fichado por Vélez Sarsfield, después por la Universidad Católica, Racing de Santander, Cruz Azul y Universidad de Concepción, conjunto con quien se retiró en el año 2017.
Con La Máquina tuvo destacadas actuaciones, por lo que inmediatamente se convirtió en un referente de la institución. Con la escuadra cementera estuvo solo una temporada (Clausura 2011-Apertura 2011), logrando disputar 34 encuentros, además de registrar un gol y dos asistencias.
Waldo Ponce no solamente fue un referente a nivel de clubes, sino también con la Selección de Chile, en la que formó parte del plantel que clasificó al Mundial de Sudáfrica 2010 después de 12 años. En aquel evento vio acción en tres de los cuatro cotejos que disputó La Roja, siendo los Octavos de Final su último compromiso tras caer en manos de Brasil.
¿A qué se dedica actualmente?
Luego de retirarse se dedicó al mundo empresarial, siendo su marca de zapatos, un taller automotriz y confeccionando lámparas sus tres negocios. Respecto a la marca de zapatillas menciona a través de su página que: "La motivación de poder crear la marca, es para poder satisfacer las necesidades de los hombres en Chile con algo exclusivo, de calidad y que cumpla las expectativas de las personas en tener algo diferente."
"El nombre de nuestra marca, Ar3a se relaciona a mi actividad profesional, en donde se viven las mayores alegrías y tristezas, (área) y el 3 fue el número de mi dorsal, que me caracterizó a lo largo de toda mi carrera".
En cuanto a su taller automotriz llamado "WM Servicios", Waldo Ponce comenzó en el 2017; sin embargo, tuvo que cerrarlo por un tiempo tras cruzarse la pandemia del Covid-19: "Tengo la suerte de que el local donde trabajo es mío; por lo tanto, no he tenido que pagar arriendo. Eso me ayudó a aguantar todo lo que pasó porque, imagínate, estuve cinco meses sin poder abrir. Para cualquier negocio es una realidad superdifícil. Me tuve que acoger a las leyes de protección de empleo con mis trabajadores y, además, como este es un trabajo presencial, no se pudieron hacer grandes cambios", comentó en entrevista con LUN.
En dicha entrevista reveló que la pandemia lo orillo a emprender su propio negocio de lámparas: "Con todo lo que está pasando tengo mi taller de autos cerrado. Me traje la máquina soldadora, agarré unos pedazos de fierro y me lancé. He ido instruyéndome gracias a los consejos de mis amigos y tutoriales de YouTube. Es entretenido y ayuda a despejar la cabeza", concluyó.
