
Este sábado comenzó a moverse el medallero de los Juegos Olímpicos, y una de las primeras grandes sorpresas fue el triunfo de Distria Krasniqi sobre la japonesa Tonaki Funa, en el judo femenil de 48 kilos.
Tokio 2020 se trata de apenas la segunda justa veraniega en la que compite la República de Kosovo. Previamente, en Rio 2016, Majlinda Kelmendi consiguió la primera medalla en la historia de su país: oro en judo, categoría 52 kilos, y este sábado Krasniqi se volvió parte de la historia.
Luego de lucir dominante en sus primeras apariciones, la kosovar logró su pase a la final tras vencer a Munkhbat Urantsetseg, la representante de Mongolia, mientras que la nipona hizo lo propio frente a la portuguesa Catarina Costa. El combate por el oro fue para Krasniqi, por un "waza-ari" que le permitió entrar en los libros de historia.
La japonesa decepcionó
Tonaki Funa lucía muy apenada luego de su derrota, y se mantuvo unos segundos tumbada en el tatami, para después abrazar deportivamente a su rival. Al abandonar el dojo, la japonesa no pudo evitar las lágrimas.

"Debo asumir esta derrota y agradecer a toda la gente que me ha ayudado en este momento de covid-19", fueron sus palabras tras finalizar el combate.
El logro de Kosovo
Independizado de Serbia en 2008 y reconocido como Estado soberano por apenas 90 de los 193 miembros de las Naciones Unidas, la República de Kosovo continúa luchando por su libertad, mientras gana terreno en el espacio deportivo.
Primero reconocidos por sus buenas actuaciones en el fútbol, ahora Distria Krasniqi consiguió que el himno kosovar retumbe en el Nippon Budokan, la casa de las artes marciales en Tokio, inflando el pecho de orgullo y llenándose de lágrimas.
La población total de Kosovo es menor a 2 millones de habitantes, y su superficie no alcanza los 11 mil kilómetros cuadrados, sin embargo hoy pueden presumir que por segunda ocasión en el mismo número de oportunidades, cuentan con una campeona olímpica de judo.